Una vez establecido el diagnóstico, se dispone de diversas opciones de tratamiento. El tratamiento debe ser interdisciplinario e integrado para el beneficio global del niño.
Debe ser multimodal, eso quiere decir que las propuestas de abordaje son diferentes en función a las dificultades del niño y de cómo afecte el trastorno a su vida cotidiana.
En el trabajo terapéutico se pretende ayudar al niño a fomentar su autoestima, identificando y reforzando sus fortalezas.
Padres y maestros han de tomar parte en el tratamiento del niño con un resfurzo positivo de las buenas conductas, animándole y siendo tajantes en lo que atañe a lo considerado inaceptable.
Se proponen por tanto, los siguientes componentes posibles de un tratamiento:
- Conductual: para fomentar las conductas positivas. Modificación y manejo de la conducta en su hogar y en la escuela.
- Cognitivo: para ayudar a establecer un pensamiento organizado en el que el niño/a adolescente prevea las consecuencias de los comportamientos y busque alternativas.
- Ayuda a los padres: mediante cursos de formación, conferencias, grupos de trabajo....
- Asesoramiento a maestros: mediante información del TDAH y/o cursos de formación.
· Farmacológico: siempre bajo prescripción y seguimiento médico
- Psicopedagógico: o refuerzo escolar especializado.
El tratamiento no cura pero favorece una mejor adaptación social, académica, familiar y personal, y aborda los problemas y/o trastornos asociados con la intención de evitar que se compliquen.
La identificación, diagnóstico y tratamiento precoces ayudarán a que los niños afectados puedan desarrollar todo su potencial.
|